Reforma concursal y su incidencia en los procesos de reestructuración de negocios

Uso de la reestructuración preconcursal vs el concurso de acreedores

La Ley concursal 22/2003 supuso un profundo cambio respecto a la normativa anterior, que tenía más de un siglo de vida: Código de Comercio 1829 (disposiciones sobre quiebra y suspensión de pagos), ley de Suspensión de pagos 1922.

Posteriormente la Ley Concursal tuvo importantes modificaciones, la de mayor calado en 2022, aprovechando la obligada transposición de la Directiva Europea de Reestructuración e Insolvencia.

Lo más importante de esta modificación fue la potenciación de las soluciones extrajudiciales a través de una completa reformulación del libro segundo de la Ley, Derecho Preconcursal.

El concurso de acreedores es un proceso largo e ineficiente, y claramente incompatible con el mantenimiento de la actividad por parte del deudor. A ello contribuye la incapacidad de nuestra administración de justicia para gestionar las insolvencias que llegan a los juzgados, y eso que en España el recurso al concurso se puede considerar bajo vs paises de nuestro entorno.

Esto, unido al estigma del concurso en nuestra cultura empresarial, que produce pérdida de credibilidad del deudor en el mercado, desconfianza de proveedores y clientes, desmotivación de trabajadores, imposibilidad de contratar con las Administraciones Públicas…, resulta en que en la práctica la inmensa mayoría de deudores que acuden al concurso acaban en liquidación, tras un largo proceso que provoca el deterioro de los activos y una transferencia de su valor a los acreedores decepcionante.

En este entorno en los últimos años se han primado en nuestro ordenamiento las soluciones extrajudiciales con los instrumentos que da la mencionada transposición de la Directiva Europea de Reestructuración e Insolvencia, como son la utilización del concepto de probabilidad de insolvencia, que permite anticipar medidas lo que siempre va a ser positivo para el mantenimiento de la actividad, y una mayor facilidad de aprobación de los planes de reestructuración.

Inicialmente se han acordado reestructuraciones de negocios de mayor tamaño, pero todo indica que con el desarrollo en el uso de las nuevas herramientas, las reestructuraciones de negocios de menor dimensión se irán incrementando en el próximo futuro.